27 ene Vino y chocolate. Pecado de los gordos.
Antiguamente se asociaba el placer al pecado. Una tontería como otra cualquiera. El vino, se asociaba a los placeres de la vida e incluso a la lujuria. Y no nos extraña, el vino produce gozo y maridado con el plato correcto, una explosión de lujuria, claro que sí.
Maridar un buen vino es ciencia pura. No es fácil. Es cierto que el mundo de la gastronomía es amplio y ofrece multitud de opciones pero encajar un vino con un plato es una tarea tan compleja como placentera. Puede parecer algo banal, pero cuando consigues encontrar un vino para un plato determinado los dos se complementan, se intensifican, se amoldan, y eso se nota.
Nuestro vino “Rectoral de Amandi Edición Limitada Manuel Arnoya” se presta a ser maridado con los mejores alimentos del mercado. Hay un abanico amplio de platos que encajan con él pero ¿habéis oído alguna vez lo bien que maridan el vino y el chocolate?
El chocolate, según el tipo, tiene una complejidad en sabores y texturas. El vino también. Si consigues que empaten, protagonizarás una explosión. El cacao, al igual que el vino, posee aromas frutales o florales y la epicatequina, un potente antioxidante que refuerza la misma acción que llevan a cabo los polifenoles del vino.
Nosotros que, como comprenderéis, apostamos por los productos de la tierra, hemos decidido maridar nuestro Rectoral de Amandi “Manolo Arnoya” con uno de los mejores chocolates gallegos: el chocolate artesano Pazo de Coruxo. El resultado ha sido brutal. De los chocolates de esta marca se puede elegir cualquiera, ninguno os dejará indiferentes, pero para probar con nuestro vino hemos elegido el 70% cacao, exquisito chocolate artesano para los amantes del sabor intenso.
No os lo penséis, hacednos caso. Estamos convencidos de que una vez que probéis estos dos joyas juntas, no podréis dejarlo. Engancha.
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