José Manuel García
Como si fuese el abuelo cebolleta, todos los que me conocen saben ya la historia de mi relación con la vendimia. Hasta hace un par de años, realmente sólo había sido una experiencia, y fue a los 8 años. Mi recuerdo de aquéllo, con toda la magnitud que tienen las cosas para todos a esa edad, es maravilloso. Allí, en tierras de Gomariz, donde hoy grandes bodegas de gran nombre, elaboran conocidos vinos. Se juntaba todo el pueblo para unas jornadas de trabajo y fiesta. Sí, porque vendimiar tenía su parte de fiesta; cuando nos parábamos a descansar para comer a la sombra o cuando terminaba la vendimia y celebrábamos una fiesta todos juntos para celebrarlo. Hasta vivir la sensación de pisar las uvas los niños, se guarda como una foto eterna en mi cabeza. Sin olvidar por supuesto, el empacho que sufrí por llevar muchas uvas a mi estómago antes que a las cestas. Nada que un par de sorbos de aguardiente no fuesen capaces de curar…
30 septiembre, 2016
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